Historia
Todo comenzó en 1947 cuando las hijas de Antonio Lussich deciden vender parte de sus tierras junto al mar. Esta decisión fue tomada debido al prometedor proyecto del arquitecto Catalán Antonio Bonet, quien contaba con un excelente nivel y reconocimiento dentro de su profesión.
El hotel fue construído en 1948, un año después de la urbanización de Punta Ballena. El mismo se desarrolló con el fin de que todos los turistas contaran con un lugar donde alojarse y al mismo tiempo disfrutar de la majestuosidad de la zona.
El éxito del proyecto fue tan grande que rápidamente se impuso como el lugar de moda y toda la alta sociedad Uruguaya y Argentina lo hicieron su preferido.
Desde un principio, mi padre, Rodolfo Merzario estuvo al frente del hotel quien con su personalidad y pujanza forjó lo que hoy se mantiene desde hace 56 años.
Durante los años 1948 y 1980 el hotel fue punto de encuentro para todos aquellos turistas que venían a pasar sus vacaciones, alojándose durante un mes y en muchas ocaciones toda la temporada de verano.
En esa época los medios de transportes utilizados eran los coches e hidroaviones, éstos últimos utilizaban como lugar de aterrizaje la Laguna del Sauce. Más adelante se construyó un aeropuerto, cuya arquitectura se caracterizaba por sus destacadas tejas rojas, algo poco usual para una construcción de esta índole. Allí comenzaron a llegar los aviones a turbo hélice.
Las habitaciones del hotel no contaban con televisión ni teléfono, sólo la recepción del mismo disponía de estos elementos. Tampoco contaba con una recepcionista, las personas salían por la noche y dejaban sus llaves sobre el mostrador del lobby y a su regreso las tomaban del mismo lugar. Las puertas del hotel permanecían siempre abiertas.
Fueron años de mucha regularidad, donde concurrieron los mismos turistas en un período de 30 años. Los hijos de estos continuaban la tradición que sus padres habían impuesto, llegando ellos también al hotel cada verano.
En 1980 comienzo a trabajar con mi padre y desde entonces transitamos éste camino juntos. Vivimos el proceso de cambio que experimentó el turismo, que de pasar toda una temporada en nuestro hotel comenzaron a realizar estadías más cortas. Esto último tuvo como consecuencia un aumento en el caudal de clientes y una gran diversidad de los mismos.
Todos estos cambios nos llevan a remodelar el hotel en 1993 , que de 15 habitaciones pasó a tener un total 33 (24 dobles y 9 duplex).
Con el incremento del número de habitaciones y el equipamiento de las mismas, sumado al crecimiento en infrastructura de Punta del Este (rutas de acceso, doble vía, aeropuerto internacional, etc), Terraza del Mar aumentó sustancialemente su afluencia debido a su excelente nivel, su estratégica ubicación, así como también el fácil acceso a los diferentes puntos del balneario.
Actualmente es un hotel familiar, donde me encargo personalmente de administrarlo y llevarlo adelante contando con la colaboración de mi esposa, a la que en unos años más se sumará la de nuestros hijos. De esta forma seguiremos manteniendo la tradición familiar que lo caracteriza.